Canadá

Si os digo “A Mari Usque Ad Mare, Desidereantes Meiorem Patriam”, que quiere decir "De mar a mar, ellos desean una patria mejor", posiblemente pensaréis que estoy loca. Puede que sea un buen momento para precisar que es el lema del lugar sobre el que voy a escribir: Canadá, una monarquía constitucional parlamentaria.

Cómo se trata del segundo país más grande del mundo, sería de locos intentar describirlo entero, así que me limitaré a puntos emblemáticos de la costa este, desde las Cataratas del Niágara hasta Quebec, pasando por Toronto, Ottawa y Montréal, en un recorrido que yo misma realicé el año pasado.

Toronto, es una ciudad conocida por su diversidad étnica y sus rascacielos que destellan bajo el sol. Fundada como “Fort Rouillé” por comerciantes franceses en 1750, ofrece gastronomía muy variopinta, un zoo y un parque de atracciones: el Ontario Place. Por si fuera poco, posee uno de los museos más importante de América del Norte: el Art Gallery of Ontario y es un auténtico símbolo de éxito en el ámbito financiero: es el principal centro bancario y tiene la mayor bolsa de valores, la Toronto Stock Exchange.

Las cataratas del Niágara, forman parte de la frontera natural entre Estados Unidos (estado de Nueva York) y Canadá (estado de Ontario). Uno no puede perderse el tradicional paseo en barco por las cataratas o el descenso a pie de éstas, desde donde se puede apreciar la fuerza bruta del agua.

Es tiempo de parar en Ottawa, frontera de las provincias de Ontario y Quebec y capital del país desde el 31 de diciembre de 1857. Como curiosidad cabe destacar la festividad del “Tulip Festival”, evento internacional promovido por la Familia Real Holandesa que envía cada primavera centenares de miles de tulipanes. Los lugareños afirman que es la época perfecta para visitar la ciudad.

En cuanto a la zona más francófona del país, contiene dos de las ciudades más representativas: por un lado Montréal y por el otro Quebec.

La capital de la región, Québec lo tiene todo para agradar. En su 400 aniversario, ha ido adquiriendo un amplio bagaje cultural, buena prueba de ello es que desde 1985 su barrio histórico, la única ciudad fortificada al norte de México, forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Lo que más me sorprendió de la vecina ciudad de Montréal fue el centro comercial subterráneo Place Ville Marie, bajo los grandes rascacielos del centro. Firme rival de Toronto, sede de las Olimpiadas de 1976, Montréal es una ciudad de gente muy abierta. De hecho cuenta con la mayor concentración de estudiantes y el mayor distrito gay de Norte América.

Para finalizar, me queda señalar varias visitas típicas. Una a las Cabanes à Sucre - cabañas de azúcar- dónde se comercializa el famoso jarabe de arce (sirop d'érable, marple syrup). La segunda, a las Reservas Indias donde se pueden comprar artesanías. Y finalmente, recomiendo un paseo en barco por las "Mil Islas", que según creo recordar es más que tranquilizante por su singular belleza y su quietud.

Más Información:

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· Turismo Toronto
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· Turismo Québec
· Turismo Montréal

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